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Durante septiembre de 2020, estuvimos viendo con Aitor, mi hijo, la primera versión del Festival de cine de vida salvaje y medio ambiente, Santiago Wild de Ladera Sur. Todo online, por supuesto. Vimos algunos documentales, reportajes y el entusiasmo por la Patagonia creció a paso agigantado. Soñamos con nuestro road trip magallánico, visitando el territorio en su esplendor, es decir, PATAGONIA, libre de fronteras.
Junto con eso, apareció en mí el impulso de hacer un proyecto audiovisual al que comencé a darle forma con apuntes, contenido, planificación para la producción, buscando personas con las cuales trabajar y así sacarlo adelante. Sin embargo, por asuntos familiares y personales tuve que dejarlo dormir por un tiempo. Y es ahora cuando he decidido darle una vuelta y recomenzar. Parto, compartiendo el corazón del proyecto.
Escuchar la bienvenida al festival fue lo que gatilló en parte las ganas de hacer algo. En dicha presentación estuvo conversando junto con el director de Ladera Sur, Martín del Río, Lisa Sanford, Directora del Jackson Wild Festival, el que trabaja en colaboración con Santiago Wild para expandir la semilla en torno al mundo natural, la conservación y vida silvestre, entre otras. Ella, destacó el rol de Chile a nivel internacional en relación a temas de conservación y protección del medio ambiente, se detuvo también para desatacar cómo Chile tiene ecosistemas que lo hacen único a nivel mundial lo cual ya es muy interesante para investigar. Pero, lo que a mí me tocó íntimamente fue su llamado a comprometernos en torno a la vida natural, diciendo algo como esto: “nuestro rol es inspirar a personas a hacer una diferencia personal en el mundo, conectándonos”. Estas dos palabras se quedaron en mí: inspiración y conexión. Así surgió, en una tarde de primavera, “La Tierra que Habito”.
¿En qué consiste este proyecto? expandir la semilla de conexión con nuestro planeta Tierra. ¿Cómo? a través de un proyecto audiovisual documental colaborativo, con el cual podamos ver cómo somos uno con Gaia, un planeta azul con la totalidad de condiciones para que todas las criaturas que existimos podamos vivir, en una relación recíproca y simbiótica. Reconocer y vivir esta conexión entre unos y otros para volvernos nosotros, uno. Cada conexión íntima, cotidiana, anónima es una semilla que permite propagar un sentido de pertenencia y contribución, también inspiración y revelación.
Verdaderamente, este proyecto es de mis favoritos. Cierro los ojos y lo visualizo lleno de vida, de amor y mucha, mucha magia. Todo en una hermosa alianza con Gaia, el alma de nuestra hermosa Tierra.
#latierraquehabito
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Les dejo los link de los festivales nombrados para que se animen a verlos e inspirarse.
Acuérdate, sé respetuoso/a con mi trabajo, si no te gusta simplemente busca otro contenido acorde contigo, seguro lo hay. Y por supuesto, puedes compartir lo que publico, mencionándome en las entradas que hagas a través de cualquier medio.