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Hace un tiempo nos reunimos compañeros y compañeras de la ex División de Cultura a tomarnos algo, hacía tiempo que no nos habíamos visto y logramos acordar fecha y hora para encontrarnos. Nos divertimos, nos reímos y contamos tantas historias de esos tiempos que nos entusiasmamos y decidimos celebrar a Claudio, nuestro jefe en la División.

Y nos resultó! unos meses después pudimos celebrarlo en grande, con mucho cariño y gratitud por sus gestos, por su liderazgo, por transmitirnos tantas cosas valiosas para la vida y también para nuestro trabajo, y que a día día de hoy aún nos siguen nutriendo y guiando. Fue un momento de reencuentro y de gran alegría, sucedieron cosas lindas y nos vimos envueltos en la calidez y pasión de sus palabras y su persona. Vimos su alegría y su emoción, el disfrute. Pura inspiración que guardo en mi corazón.

Entre varios compartimos algunas anécdotas significativas desde el escenario, la mía se las quiero compartir por aquí también. Aquí va:

“Entré  a trabajar en la División de Cultura como alumna en práctica en el área de Descentralización, iniciando el segundo semestre del año. Era de las más jóvenes del equipo, tenía apenas 21 años, y por lo mismo todos me llamaban “cachureitos” por el programa infantil “Cachureos”. Luego, en el mes de diciembre se celebró la Navidad en el casino del edificio de San Camilo. Nos juntamos a celebrar y repartir el regalo del amigo secreto y era Claudio quien entregaba los regalos. A viva voz me llamó por mi nombre, me hizo entrega de mi regalo y de forma espontánea, al igual que un papá me tomó en andas haciéndome girar como una niña por los aires. Yo me sentí avergonzada, pero también muy contenta de estar en el lugar más genial de todos para trabajar.

Aunque en ese momento era una alumna en prácticas, luego me quedé como profesional aportando con mi trabajo, sintiéndome acompañada y motivada por la visión y el compromiso por la cultura y el arte que Claudio nos regalaba. Y es este regalo el que atesoro en mi corazón y el que me acompaña todos los días en mi trabajo de servicio público, también en mi vida”.

Ha sido un verdadero honor estar ahí como una cómplice más. Porque para Claudio no éramos funcionarios, éramos cómplices en un trabajo de servicio púbico repleto de posibilidades colectivas y creativas.

Acuérdate, sé respetuoso/a con mi trabajo, si no te gusta simplemente busca otro contenido acorde contigo, seguro lo hay. Y por supuesto, puedes compartir lo que publico, mencionándome en las entradas que hagas a través de cualquier medio.

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