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Publicado por Melisa de Gregorio C.

Provengo del Teatro. Siempre quise estudiar teatro y el papá me decía que no era necesario que hiciera tantos talleres o cursos porque al comenzar la Universidad iría a aprender y no es tan así, porque llegas a la universidad con un grupo de personas que son todos especiales, intelectuales y ves que sí tienes que demostrar que sabes más que el resto de los alumnos. Finalmente, todas las personas utilizan una parte de sí mismo, su propia persona es un instrumento, usando el intelecto, sus conocimientos. Por ejemplo, hay tantas personas que trabajan con sus manos de tantas maneras y si lo vas viendo, en verdad, nada es que te haga especial, sino que uno tiene fijación en algo específico y nada o nadie es tan especial. El trabajo del arte es expuesto y por lo mismo, es también cuestionado. A un químico no le cuestionan si es científico o no, pero a un artista si, ¿es arte lo que hace? Hay un juicio de valor desde la sociedad hacia los artistas.

El primer año de mis estudios de teatro, una profesora nos empezó hablar de la mirada periférica refiriéndose con esto a que una actriz en escena tenía que abarcar todo lo posible con su campo visual, siempre atento a todo lo que tuviera a su alrededor para no perderse detalles, reaccionar en consecuencia de lo que estaba ocurriendo en escena. Es parte de un trabajo físico, te entrenas para ampliar la mirada. En un principio lo usé trabajando en la barra de un bar que era muy larga para poder atender bien al público. Y lo hacía bien porque estaba atenta a lo que estaba ocurriendo. Entonces el estar atenta a lo que ocurre en el camino vas sumando cosas nuevas, obteniendo algo nuevo, es como lo que hacen los artistas, ellos no repiten nada, sino que observan su entorno dando como resultado algo nuevo. Distinto es cuando usas técnicas de repetición, por ejemplo, un patrón para tejer, como es lo que hago en mi trabajo, repito continuamente la técnica mecánicamente, sin embargo, cuando estoy ahí van sucediendo otras cosas, lo que ocurre con una misma mientras tejes.

Desde que salí de la universidad, hace unos quince años, me he interesado mucho por lo manual, hacer cosas. Durante el período dedicada al teatro, inspirada en el vestuario teatral, quise aprender a coser; hacer mi propia ropa y accesorios. Estar haciendo cosas con mis manos me permitía pensar, reflexionar acompañada de la cadencia de la repetición. Aprendiendo en el proceso y ganando destreza, es una ganancia continua. Luego, viviendo en Barcelona el mundo hanmade era un boom. Y a través de distintos blogs fui enterándome de las distintas plataformas donde vendían y compraban, diariamente las personas subían sus creaciones y se abrían talleres a los que podías asistir. En ese tiempo muchos de los que hoy son referentes como La Casita de Wendy o Laura Ameba, estaban empezando también y viendo que todo eso ocurría te inspiraba a aprender y hacer. Así comencé mi propia tienda online, que fue un fracaso, pero que igualmente me permitió aprender mucho del proceso de creación y del emprendimiento. Finalmente, me decidí por el macramé, hasta hoy. Actualmente, si tengo dudas me apoyo mucho en los cursos de Domestika y tutoriales de youtube.

Este último año estuve conociendo y aprendiendo de cestería, pero no quería cestería con fibras naturales como el mimbre, junco o totora, sino que utilizar otro tipo de materiales. Durante meses probé distintos tutoriales hasta que por fin encontré uno que mostraba una técnica que me gustó. Me pasa que no siempre confío en lo que muestran, necesito ver los detalles porque son importantes, luego voy probando y sumando mis propios conocimientos. He hecho distintos tipos de talleres presenciales donde aprendí a hacer zapatos, serigrafía, trabajar con fieltro, pero ahora por cuestión de comodidad, rapidez, entre otras cosas, prefiero escuelas online.

Hoy en día siento que tengo más imágenes en mi cabeza, voy juntando cosas, las referencias vienen de otra manera y lo trabajo y transformo según mi propio criterio, mi propia técnica.  Por ejemplo, para hacer el diseño de una silla, parto en el computador de forma visual como sería el diseño final y cómo debería ir haciéndolo para finalmente transferir el patrón al objeto que voy a tejer. Al principio me costaba mucho entender la planilla de diseño y cómo podía ser transferido, ahora todo es más libre, incluso improvisado según el mueble que vaya a intervenir. Es un proceso de reflexión constante acerca de lo que hago, lo disfruto mucho. Es un momento de estar conmigo misma.

De niña me gustaba mucho jugar sola, también con mis hermanos o amistades, aunque me gustaba mucho mi espacio de soledad para jugar libremente a lo que yo quisiera. Y claro, también haciendo cosas creativas o manuales, de maneras distintas, dándole usos y cualidades distintas a los lápices, reglas, las consolas de Nintendo, lo que fuera.  Antes de empezar con un proyecto nuevo, primero miro mucho el objeto, los dejo reposar e intento tener una conversación con ellos, observarlos. Y cuando decido comenzar a trabajar, en ese momento me conecto conmigo misma, vuelvo a la niña de ocho o nueve años, jugando sola, escuchando música de fondo, muy en sintonía conmigo misma, sin juicio ni prejuicios. Así podría estar todo el tiempo, teniendo conversaciones conmigo misma, a partir de dicho proceso. En ocasiones, me doy cuenta de un error; primero intento ignorarlo, pero mi mente ya sabe que está ahí, puede ser mínimo, pero debo hacer algo para ver que todo está como debe ser desde mi mirada.  Y llega un punto en que no puedo continuar, entonces lo desarmo todo y vuelvo a empezar, ese error me enseña una lección que sirve para una próxima vez y en ocasiones sucede que se me va la cabeza y trabajo en vano, había una voz que me decía que debía detenerme, dejar lo que estaba haciendo y la paso por alto. Sea como sea, siempre es un aprendizaje, dándole valor al error. Ante cada trabajo nuevo llega la duda y no me siento capaz de hacerlo y luego comienza el proceso de conexión, armar, desarmar, continuar, terminar y finalmente la gratificación al verlo terminado, celebrando el logro, es la superación de los obstáculos, dándole solución a las dificultades que aparecen en el camino…es bonito.

Siempre he tenido todos los talleres en casa, me he cambiado varias veces, y siempre van variando de tamaño, pero están. Esto ha hecho que mis hijos también estuvieran presentes en mis procesos, jugando con los distintos materiales y también estando la posibilidad de que azarosamente pudieran hacer algo sin querer, lo cual le ponía un grado de tensión o de mayor atención de mi parte. Ellos siempre han estado viéndome que hago cosas, lo que hace que tengan interés y ganas de aprender, me piden que les enseñe a coser, usar los hilos, las lanas y son los mejores probando la calidad del resultado final, por ejemplo, probando las sillas tejidas. Sobre todo, trabajo durante el tiempo en que están en el colegio, pero me ven haciendo cosas más pequeñas o trayéndome cosas que recojo de la calle que tengan algún potencial de ser intervenido. Lo ideal sería tener un taller fuera de casa, por espacio y la cantidad de cosas que tengo. Sin embargo, el tener el día dividido en dos; la mañana para el trabajo manual y en las tardes con los niños me sirve para ir dándole forma en mi mente a lo que tengo que crear, todo mientras estoy dedicada a las cosas cotidianas en casa; preparando colaciones, lavando platos, con mis hijos o haciendo las compras. Es muy bueno para mí porque me sirve para no quedarme estancada dándole también espacio a la mirada periférica, es darse cuenta de que hay más formas de hacer las cosas, inventando mis propias formas de hacerlo.

Antes de estar embarazada estuve enfocada en el teatro, en la interpretación, aunque siempre haciendo otras cosas como, por ejemplo, ropa de niños, lo que fue muy lúdico. Luego, cambió todo al darme cuenta de que no podía participar en los castings de la misma manera, por mi estado y luego al dar a luz, me dediqué a la maternidad, especialmente el primer año. Cuando mi hija mayor tenía cerca de un año comencé a estudiar diseño de vestuario, buscando otras opciones más prácticas y compatibles con las necesidades de ese momento. Asistir a casting con una bebé viviendo fuera de la cuidad requería muchas coordinaciones y estrés. Recuerdo que mientras estaba en un set de grabación me di cuenta de que eso ya no era lo que quería y me volqué en el taller a trabajar, lo que me dio mayor sentido, trabajando en mi entorno llevando a mis hijos conmigo. 

También trabajo por las noches, todo lo relacionado con lo mas intelectual, el diseño. A través del tiempo los procesos de trabajo se han ido transformando. Me siento mas segura y puedo abordar proyectos más grandes con distintos formatos. Es emocionante ver los logros en el tiempo, el atreverse a hacer cosas diferentes. He crecido y mi trabajo es una mezcla de oficios, una continua investigación de campos distintos para innovar, probar y aprender en el proceso.  Siento que mi trabajo es ser curiosa y me dedico a explorar esa curiosidad. Tengo intereses diversos. Cuando trabajo me gusta llenar el espacio con estímulos para mis sentidos y mi mente, que me permitan darle cariño a mi corazón, placer.  Por ejemplo, ver documentales mientras bordo, ambientar el espacio con olores, música. Me divierte hacer lo que hago, lo paso bien durante todo el proceso, lo que no implica que no sucedan cosas difíciles. Y procuro entre proyectos darme un tiempo para reponerme, recargarme de energía.

De mi paso por el coro siendo niña me quedo con el aprendizaje de la importancia de la disciplina, constancia, ser metódica. Intento tenerlo siempre presente, aunque no siempre sea así, vuelvo a ello porque está dentro mi ese pozo de experiencia y enseñanza. Como toda persona ligada al mundo del arte y los oficios, hay una inquietud inherente a mi misma. Aunque tenga foco en lo textil hay un interés a muchas otras cosas que nutren lo que hago. El ser inquietas y curiosas es el trabajo de las artistas y de las mujeres artistas textiles o bordadoras o tejedoras.

Proyecto mi futuro entre mi galería textil para mis proyectos de creación y por otra parte seguir con los trabajos por encargo. También abrirme a la posibilidad de enseñar impartiendo talleres mostrando mis propias técnicas y experimentación. Colaborar con artistas en proyectos de mayor envergadura en relación con el arte. 

Acuérdate, sé respetuoso/a con mi trabajo, si no te gusta simplemente busca otro contenido acorde contigo, seguro lo hay. Y por supuesto, puedes compartir lo que publico, mencionándome en las entradas que hagas a través de cualquier medio.

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