_

_
Echaurren es como te llamamos.
Un monte de mediana altura, verde muy verde, levantado en lejanas tierras con reluciente blanco en invierno, nos acompaña.
Una avenida amplia, antigua, aristócrata y de casas señoriales nos resguarda. También memoriales que preservan parte de una historia dolorosa y sombría.
Un naturalista venido de la Provenza, que registró colores, formas y vida de nuestro territorio, nos avista. Belleza alrededor nos inspira con tan hermoso archivo de historia natural.
Y luego tú Echaurren, la casa enfrente, dirían.
Que viviste antaño tranvías eléctricos, transporte tan amado y necesario incluso hoy. Hombres y mujeres, niños subiendo y bajando entre calles de adoquines, tierra y polvo. Luego asfalto.
Hoy, construida en alturas sobre suelos que han visto vida y muerte, risas, llantos, bebés nacidos, niñas jugando. Soledades y arrullos.
Te vivo, te conozco, te llevo en mi corazón.
Antes muy antes, fuiste la Blanca, también Domenech y atravesando calles, avenidas y mares vinimos a ti. Casa, hogar, lugar, estar, ser y hacer entre ciclos de la vida, afuera y adentro.
Recojo mis andares, honro lo vivido y construido, más sueño el porvenir. Anhelos susurrados, entretejidos, anidados. Sé que habrán mas, y quedarás en mí.
Acuérdate, sé respetuoso/a con mi trabajo, si no te gusta simplemente busca otro contenido acorde contigo, seguro lo hay. Y por supuesto, puedes compartir lo que publico, mencionándome en las entradas que hagas a través de cualquier medio.