Skip to content Skip to footer

A veces mirando el horizonte, me encuentro. Otras tantas, aunque mire con entusiasmo, paso de largo. Entonces, estoy inquieta, el corazón bombea más rápido, mi respiración se acorta, se hace pequeña. En otras ocasiones todas estas sensaciones me angustian y me bloquean. Y caen las lagrimas.

Y de pronto, pasa algo, cualquier cosa, y me doy cuenta que me fui de paseo a cualquier parte, sin rumbo, sin sentido. Intento aceptar que el momento presente duele, que el pasado causó tristeza, miedo y rabia, y el futuro se ve salpicado de angustia y ansiedad. Me doy cuenta de que es tiempo de ayudarme para volver a mi centro; pongo mis manos en mi corazón y respiro. Respiro profundo y comienzo a andar hacia mí.

Mi mano siempre en mi corazón y otra en mi vientre, en mi frente o en mis ojos. Lo hago en cualquier momento y lugar, donde lo necesite. Respiro mis manos con olor a verbena o lavanda, respiro mi ropa con olor a limón y eucalipto, un poco de manzana.

También me ayuda cerrar los ojos tomándole la mano a mi hijo mientras él me cuenta sus cosas con entusiasmo y alegría. Lo escucho tan atentamente como pueda.

Si es de noche y estoy acostada, escucho la noche y la respiro en su calma. Los pensamientos van pasando, también se quedan acompañándome por un tiempo. Cuento hacia atrás. Vuelvo.

Si es de día, sigo con mis labores cotidianas tan lentamente como pueda. Todo lo hago suave, tan pausadamente como pueda, me recuesto en el sofá o en la cama. Pinto, invento juegos sencillos con mi hijo, tejo, bordo, leo. Ternura, suavidad, creatividad: trinomio que es hogar para mi vida.

Una vez que que estoy en mí, o estoy retornando a mi centro, muevo el cuerpo: bailo intuitivamente, escucho música y canto tantas letras amadas!. Salgo a caminar, hago orden en algún lugar de casa; cajones desastres pequeños, las estanterías del armario de mi ropa o el cajón de la mesita de noche. Orden exterior-orden interior, retroalimentación sanadora.

Pequeñas y sencillas acciones de bienestar que contribuyen a reconocer mi estado anímico, mis emociones, mis sentimientos. A observarme, a observar mi entorno, saber dónde estoy.

Si veo que todo se confunde demasiado o simplemente sé que es momento, hago terapia y voy profundo para desenredar el nudo y volver fortalecida.

Acciones de amor, al alcance de mi mano (de tu mano).

Acuérdate, sé respetuoso/a con mi trabajo, si no te gusta simplemente busca otro contenido acorde contigo, seguro lo hay. Y por supuesto, puedes compartir lo que publico, mencionándome en las entradas que hagas a través de cualquier medio.

Deja un Comentario

Contacto

¿Tienes preguntas?

¿Quieres colaborar como marca o persona inspiradora? ¿O tienes otras ideas interesantes?
Escríbeme a través de este formulario, en breve me pondré en contacto contigo.

    Las Horas del Verano © 2025. Todos los derechos reservados.

    Go to Top