La nombra con fuerza
Los días infernales acabaron
Puede intuir otra realidad
Tal vez sea la sombra de otros
Hay algo que le impide ver
Su soledad, la tristeza, el desamor
Ella no se nombra
El la llama Ana
Busca y no encuentra
Se ha rendido con dolor
Guarda algo de esperanza, quizá
Su voz resuena, no la conoce
Su sonrisa, sus ojos le atraen, le inquietan
Es un desconocido
Ella le mira
El la llama Ana
Juntos caminan por la calle
Ríen, charlan, la vida los envuelve
Desde lo alto ven la ciudad
Puede que el café se haya alargado
Que el día termine y quieran algo más
se miran divertidos, dicen sí
Ella le nombra
El la llama Ana
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