Publicado por Nadia Parra Monroy
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Luego de 10 años en una institución, estando sentada en un escritorio, pensé que había cumplido un ciclo. Pero desde allí mismo me cuestioné a mi misma: ¿Cuál es tu pasión?. ¿Tienes una?. Como historiadora del arte me dije, obvio, el Arte!. Tras un momento de silencio, volví atrás y esta no tomaba en la práctica un cariz de pasión, sino un interés, una curiosidad intelectual.
Entonces me dije, Nadia haz un esfuerzo, todo el mundo tiene una pasión y aquellos que la defienden y la ejercen son más felices. Pensé, ¿Qué me gusta?, el vino. Seguidamente dije ¿¡¡Pero el vino!!? ¿Qué haré con eso, aparte de beberlo?. Me enfoqué y descubrí que existía una Escuela de Sommeliers de Chile, a la que me inscribí para ver de qué se trataba. Al poco tiempo de cursar algunas clases, lo sentí, así como una certeza que se siente fuertemente en el estómago. Esto es!. Esto es lo que quiero hacer. A esto me quiero dedicar. Y descubrí que efectivamente era mi pasión y comencé a desarrollarla, a vivirla.
Esto no fue gratuito. Tuvo sus costos. Renuncié a un contrato seguro, 10 años de carrera institucional y a un sueldo. Y lo peor, el juicio público. Lo que puede ser un desafío y una aventura para uno a los ojos del resto puede ser visto como una locura. Por eso la fuerza que da la certeza de la pasión debe ser implacable, debe ser la montaña que te permitirá dejar toda zona de confort para emprender una ruta completamente nueva, sin ninguna seguridad de lo que va a pasar. Aquello tiene la seducción del vértigo llamado incertidumbre. Pero también, su reverso es esa misma renuncia.
No teman, siempre se gana. Cuando se opta por ser consecuente con lo que eres y sientes, por la autenticidad ante lo monetario. Siempre se gana. Desde ese entonces hasta ahora, fundé y dirigí durante 4 años la Asociación de Mujeres del Vino de Chile, asociación que tiene por finalidad visibilizar el trabajo de la mujer en el vino, así como también ser una plataforma interdisciplinaria de profesionales del sector, lugar desde el que firmé un convenio de colaboración entre 11 asociaciones de Mujeres del Vino del mundo, convocadas por las Mujeres italianas del vino. Hoy también tengo una Barra de Vinos Rebeldes e Independientes para hacer llegar el vino a todas las personas (@winerebelsbar). Y sigo amando el vino, su historia y cultura más que nunca.
A 8 años de haber decidido por el mundo del vino, no puedo más que dar las gracias por haberme elegido.

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