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Publicado por Matías Cáceres Mazza.

¿Alguna vez sentiste la necesidad de contarle la historia a alguien que amas?
Las historias son el recurso que naturalmente hemos ocupado durante toda la transición de la humanidad, para explicarnos, qué está sucediendo en este minuto de nuestras vidas.

De la piedra al papiro y a la imprenta, hemos evolucionado los lienzos que usamos para transmitir nuestras vivencias, historias y filosofías de vida.

Escribir no es un acto en el que uno se convierte en maestro, sino que te convierte en un aprendiz eterno de la vida, de observar y buscar maneras para describirla.

Eso hace de la escritura mi lugar favorito en el mundo. Pueden ser en un móvil, en el computador, en una servilleta y en una hoja.

¿Qué sucede cuando escribimos?

Al momento de releer nuestros textos, nos damos cuenta de lo interesante que puede ser nuestra perspectiva de la vida, así como también, desde que ángulo observamos al mundo.

Vemos el reflejo de nuestra mente libre entre letras y oraciones. Tenemos un diálogo honesto con nuestras emociones, pensamientos e ideas de lo que significa para nosotros eso que está sobre el papel. Escribir como un acto de liberación para comprender lo que habita en nuestra alma.

Desde pequeño que decidí usar la escritura como un método personal para poder entender, que me permite avanzar y observar en qué momentos la angustia toma el control de mi estado mental, por ejemplo. Ya sea a través de la poesía, cuentos o meditaciones, se hacen evidentes los reflejos.

Pienso que todas las personas deberían darse el tiempo de escribir para navegar las aguas que habitan en la mente y el corazón. Escribir riega las emociones y permite descargarlas, para poder vernos realmente frente al espejo y acariciarnos el alma.

Mantenernos, darnos de beber para fortalecer nuestras raíces de lo que estamos haciendo, rehidratar el alma sacando nuestro dolor, angustia y amor. La escritura abre la puerta para que el alma y el cuerpo lloren en un lugar protegido.

El lápiz se convierte en la llave que abre el corazón para dejarlo ser, estar y vivir en la plenitud de su existencia. Tanto física como metafóricamente.

El hecho de poder liberar nuestras ideas en un lugar seguro, íntimo y privado permite, apreciar los detalles lindos que esconde la vida en cada rincón de lo inesperado.

Quizás encontraste un momento del día que se robó tu atención, una canción que te hace mover cada hueso de tu cuerpo o una idea increíble para desarrollar en tu próximo proyecto. Fuese cuál fuese tu motivo para escribir, el movimiento de permitirte ser libre por ese instante hará que tus deseos viajen a un nuevo lugar.

Antiguos filósofos ya usaban la escritura como un lugar para perderse en sí mismos y buscar las respuestas de lo que significa ver la vida a través del prisma de tus propios ojos.  

Te invito a escribir para escuchar el ritmo de tu corazón y a sembrar ideas.

foto detalle de la huerta de Mati Cáceres Mazza

Matías Cáceres Mazza
Un gato de huerta, amante de la naturaleza.

Escucha su podcast  aquí — “Verde Siendo”

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